Cuenta la historia que estabas apoyado en la barra de un bar, tomabas una "Heinneken" de medio en botella, con la vista media perdida en la pantalla de plasma. La reacción típica después de ver un fantasma del pasado, la camisa que portaba era de color negro entre abierta; dejaba ver un "Dije" que regaló una vez una bruja, la cual decía que jamás sacara, porque es una medida de protección de lo que vendría años después.
Cuenta la historia de los ojos que queman al mirar, esos que solo dos tipos de hombres que pisan este mundo adquieren, los de los muertos en vida y de los que deseperadamente tratan de salir de la oscuridad con la cual nacieron, pues, seguía tomando su cerveza de poco en poco, un cigarro seguía los pasos del sorbo. De fondo se escucha una banda "Underground", de mediana edad, poleras negras y entonando "23kid" de 65daysofstatic.
Cuenta la historia que dentro de esa mirada perdida vio pasar un fantasma que creyó enterrado, pero aunque el esfuerzo fue sublime para perdonar, con solo saber que aún ronda, su estomago se apreta y su corazón se estruja. Ha cambiado atravez de los años, su pelo cortó, su barba sacó, los años rejuvienecieron en él, pero, su alma sigue siendo la misma de siempre.
Cuenta la historia de un alma que alguna vez soño con volar y que cayó prisionera de la oscuridad que por si nació, cuenta la historia, de un hombre que no olvida ni perdona, que sabe que es su mayor paradoja, que eso le costó caro, que aún cree en el "Causa y efecto".
La música sigue corriendo, se mueve para quedar mirando en cámara lenta los movimientos del bajo que más cerca estaba de él, hace una seña de saludo y responden con un movimiento de cabeza, camina por un costado y el fantasma le ha reconocido, sus ojos no han cambiado, sigue con tormentas dentro de ellos, "Nada bueno, nada bueno salió de eso" se repitió una y otra vez, aún así su corazón se retuerce como la vez que decidió apartarse.
Cuenta la historia de que decidió seguir adelante y que determinó marcharse, cortar lazos en común, seguir con su vida, su fortaleza no va en su corazón solo va en su cabeza, aún así, se ve estoico y fuerte. El tiempo pasó, fugaz, como un suspiro por la mañana. La vida no se detiene; deja de tomar su cerveza, los músicos terminan de presentarse, uno le dice: "Hola hermano", un abrazo y "Un gusto verte otra vez".
Cuenta la historia en un bar, de mitad de semana, donde trata de olvidar que vió un fantasma, pelos rizados y palidecentes, de mirada clara pero caótica; cuenta la historia que pudo por fin perdonar el egoísmo, que pudo ponerse de pié y seguir adelante laborando como un animal. Por mucho huyó, pero ya se cansó, quizás que le deparará el destino, pues, muchas vallas le ha puesto en su camino.
Cuenta la historia de esos ojos oscuros, de mirada penetrante y que reflejan muchas veces furia y dolor, cuenta la historia que siguió hiendo una y otra vez a ese bar, por la misma cerveza "verde", que sigue consumiendo los mismos tabacos de siempre, la banda sigue tocando, se mueve y saluda a todos allí, secretamente quizás pide ver nuevamente al fantasma de mirada caótica, es una adicción, pues, yo sigo mirando desde un rincón atentamente, sentado, esperando cual será el cambio que necesitará.
Cuenta la historia de un hombre que más es un niño con manos de pincel que rechazó por el mal recuerdo que le provocó, corre el rumor que marchará lejos y que buscará lo que nadie sabe, buena suerte y que donde vayas recuerda que este es tu hogar.
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