
Está demás decir que me sentí minúsculo, impotente, débil, consumido por el miedo y el agobio... Lleno de desesperación, caí como ser humano que soy, pues, solo eso soy, una simple persona llena de falencias, temores y con un puñado de anhelos.
Sé que sufro de una enfermedad que hasta el momento es incurable, aún así, no pierdo las esperanzas que algún día se encuentre la cura para todos los que hemos estado bajo el yugo del terror por años; Llevo 8 años siendo portador de un corazón dilatado, solo eyecta un 25%, el cual, me llevó a estar 4to. en la lista de trasplante nacional y con una tasa de sobrevivencia no mayor a 4 meses dado el diagnóstico.
Con 27 años de edad todo cambió, me asumí en el miedo, la nulidad y el auto rechazo; Al mundo culpé de lo que es netamente "idiopatico". Muchos amores deje pasar por no creer ni siquiera en mi mismo o en mi capacidad u/o amor propio. Es fácil hundirse y hundir a los que deciden estar contigo por lazo sanguíneo o sentimental.
Por mucho sufrimiento que padecí, físico y mental, aquí estoy aún... Una simple llamada lo trastornó todo, los fantasmas, el susto y el solo hecho de estar prestado en este mundo hizo que retrocediera y perdiera de cierta manera el rumbo que por tantos años creí tener con convicción. El dolor se hizo presente, con la salvedad que esta vez decidí apoyarme en quienes creo que son mi soporte emocional.
Conversar y exponer mi caso a quién quisiera escuchar hizo que tuviera esperanza nuevamente, me hizo avanzar dentro de toda esta negatividad que me sobrepasa la mayor parte de las veces. Una vez más di cara sin mayor opción, una larga jornada de jeringas, ecocardiogramas, electrocardiogramas y Holter, fueron mis jueces a una suerte echada.
La vida es corta para desaprovecharla, aprendí que debo externalizar mis sentimientos, creo que a más de una persona sorprendí y sin querer alegré solo verbalizando... He dado un nuevo giro, como muchos, sin querer me aferro a esto, a quienes realmente amo con todo mi corazón, irónicamente, es lo que podría llevarme a cruzar el Río De Plata, pero, aún no es mi tiempo, ni mi hora.
Una semana para olvidar y recordar, una semana que me dijo que soy solo un ser vivo que instintivamente solo sobrevive y se aferra a la ilusión de amar, de ser aceptado tal cual soy, sin pretensiones y solo entregando lo mejor que puedo dar...
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