Ha pasado tiempo, meses y más que eso, años, no pido, no busco y mis ganas ya me han abandonado, fallidos intentos, vacíos e incomprensión. Mi vida se basa en subsistir, en lograr armonía y no volver a sentir. Cerrado y sellado mantengo mi destino, solo me he quedado con anhelos sin concretar.
Pensando en el propio abandono, sin mayores objetivos, solo con la imposibilidad de ocultarme en mi propia realidad que ya no mantiene el furor de antaño. Mi destino ha sido marcado con ceniza en mi frente, sentado y rodeado, con afectos que quizás pueden de cierta manera suplir mis carencias que están enterradas en un foso redundante de desgano, odio y frustración.
La vida que me ha tocado llevar está repleta de melancolía, con opaca luz y con suspiros que solo usufructúan la mayor de las soledades. Mi testimonio es lo más vomitivo, sin querer recurrir a una alegría superflua y aparente.
Solo ya no te encuentro, pues, en algún pasaje de mi vida si lo hice, fui feliz, sonreí y me devolviste algo de lo que con el tiempo me fue arrebatado y no permitido... Prisionero de mis miedos, de mis penas y inconmensurables melancolías.
He comprendido una vez más cual es mi camino que he de seguir, he vuelto de los abismos para pagar mis karmas, lo acepto, porque mi alma me lo ha dicho... Envuelto entre risas, solo me mantengo en pié por razones que yo mismo desconozco, sigo siendo aquél perro fiel que solo camina a tu lado sin pedir nada a cambio, quizás es lo que me nutre a terminar mi obra sin un desenlace concreto.
Lo que escribo esta noche solo es un trance de lo que mi corazón quiere decir, pide a gritos poder expresarse mientras mis ojos se llenan de lágrimas... Mi fortaleza sigue aquí, esperando por algún abrazo lleno de esperanza que afirme que estoy en lo correcto. La soledad es mi aliada, como la muerte mi compañera, ciego, camino hacía mis inquietudes, borradas para no seguir padeciendo. Mi mente es un reflejo de mi inestabilidad emocional que ya no contengo.
Solo ya no te encuentro querida, nada ni nadie puede hacer cambios, pues mi destino está escrito entre sangre y cenizas de lo que alguna vez pude ser...
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