miércoles, 21 de septiembre de 2011

Dicen...

Dicen que el bien vencerá, dicen que las buenas personas son las que prevalecen, son aquellas que en la vida propiamente tal jamás sufren. Creo que es todo lo contrario, entre mejor seas, más penas, decepciones y dolor llevas. Quizás estoy en un mundo que no me pertenece, tal vez siendo maricón con todos pueda surgir a pasos agigantados, así también poder tener a mi lado una buena mujer y tener hijos fieles a su padre.

Estoy cansado de que las cosas no resulten, que deba siempre esforzarme el doble para lograr un poco de éxito en todo ámbito, me siento utilizado, ignorado y para nada valorado como ser humano. Me pongo a pensar que si fuera traficante o un sicario violento, un ser que no valorara vivir, tendría el mundo a mis pies.

Dicen que sin dolor no aprecias la felicidad, lo que me pregunto es: "¿Cuanto dolor debes soportar para lograr apreciar la felicidad?", ¿es muy malo ser correcto?, ¿ser fiel en toda la significancia de la palabra, trae algún beneficio?... Hasta el momento solo me ha traído decepción, tristeza y un miedo que ya no sé que hacer con él.

Siempre he dicho que soy "solo", y tengo todo el derecho a decirlo, soy hijo único, soy una persona que a los 12 años debió hacerse cargo de la mantención de una casa, necesitaba unas monedas para ir al cine o carretear con mis amigos, pues, tenía que cortar el pasto, regar, cortar ligustrinas y según las posibilidades de mis padres accedía como recompensa.

Todos piensan que ser hijo único es fácil, pues, jamás lo fue... por lo menos en mi caso, siempre demostrando que debías ser mejor que el resto, no habían excusas para fallar; Eres el blanco único de criticas y alabanzas. A momentos, cuando los años han pasado recuerdo, que hablaba solo, cree mi mundo fantástico en el patio de mi casa. Mi viejo decía que le daba pena verme por el ventanal hacer mundos imaginarios, que solo hablaba conmigo o con mi perro.

Jamás de muchos amigos, contados con una mano y sobrándome dedos me hice fuerte, porque tenía que hacerlo, frío como una roca fui creciendo, con una madre dura y un padre un tanto soberbio... El resultado... un hombre que por fuera es un témpano y por dentro muy blando, muy amigo de la soledad, de la oscuridad y la muerte. Así fui avanzando a pasos cortos, sin grandes logros, sin muchos amores, acompañados siempre por el exceso inequívoco, de mi mejor compañero que es la música y el dibujo, demostrando siempre lo que jamás pude ser y que anhelaba.

A los 27 años de edad mi vida fue interrumpida por una catastrófica enfermedad, si ya era diferente con esto consolidé mi diferencia, una miocardiopatía cambio por completo lo que soy ahora, muerto por un minuto con 35 segundos... fue eso suficiente para darme cuenta lo frágil que es vivir, el negarse a morir, amarrarse a la vida como una ventosa a una roca. Clamar a Dios para que el miedo no te invada, llorar como lo hago ahora mientras escucho el lamento de Toshido Masuda, soy solo, en un inmenso mundo que no encuentra el rumbo.

Dicen que alguna vez fui grande, poderoso, atrayente y misterioso... Dicen aquellos, pues, dicen... nada más que eso... Como consejo, no saboreen la soledad, no tienten a la muerte, no sean tan buenos de corazón, no amen con locura, pues, seguramente terminarán "solos", ya que eso dicen. Además me provoca envidia no poder ser parte del rebaño, fijarse siempre en los detalles solo reflexión con lleva, me duele el alma, nadie puede sacarme de donde espero sumergido, pues, nadie ha sido lo suficientemente bondadoso para no anteponer sus deseos propios, para que así pueda yo también ser feliz... El ego y el egoísmo no dejan ver más allá a las personas, ya que, eso dicen.

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