Es el epilogo de una crónica agraz, al final de la historia se toman rumbos diferentes, pero, que a pesar del dolor y el error puede haber una pequeña luz de esperanza. He vuelto al principio en forma definitiva, sin buscar explicaciones o respuestas donde no las hay. Hoy después de volver desde Valparaíso, pude comprender que las cosas hay que dejarlas fluír, sin presión, sin forzar.
La desesperación hizo que fuera un irracional ser humano, que no escuchó peros y que hoy me tiene en un estado nonato. Quiero de corazón pedir una vez más perdón, mirando a la cara, sin lágrimas, sin dolor, solo, con la intención de escuchar y ser escuchado, como siempre debió ser.
A través de este medio hago causa para volver encausar el lazo que nos unió tan hermosa y puramente. Volver a la raíz, al comienzo de una diferencia que nos caracterizó, se que volarás y te aseguro que yo también lo haré, es el éxodo por el cual debemos optar. No más apuntes con el dedo, no más generación de dolor, ni recriminaciones; Estoy harto de siempre anteponer el orgullo, de colocar una muralla enorme entre los seres que realmente amo y que siempre amaré.
No quiero más distancias y creo que los días venideros será la instancia para dejar de lado la enfermedad, mi escudo protector, mis miedos y mis agobios. Sé que es un esfuerzo mayúsculo, sé que ya nada será de la misma forma, solo quiero la paz para ambos y poder continuar sin penas nuestro camino, por supuesto, de mantener y curar nuestro dañado lazo, que admirablemente aún se mantiene, débil, pero, con la convicción de que se puede mejorar, para, volver a sanar y mirar desde otro plano.
Viviana Bazin, hago lo que debo hacer en este momento, estas palabras van dirigidas a ti, como prueba que debo ser leal y respetar de una vez por todas tus decisiones, no pido más que ver tus ojos una vez más y que podamos reír como tú lo lograste hacer después de mucho tiempo de nulidad de mi parte. Ahora es mi turno de curar tus heridas que yo generé y esperar que con esto puedas una vez más contar incondicionalmente con mi apoyo en donde nos lleve nuestros pasos de ahora en adelante.
Quiero dejar mi amargura de lado, despojarme del dolor y el agobio que generamos, prentendo esta vez hacer lo correcto y que el sol vuela a brillar en nuestras almas que tanto lo necesitan. Esperando la mejor recepción a mi cariño que te quiero brindar, me despido con un abrazo fraterno, Atte. Ricardo Bustos.
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