lunes, 29 de agosto de 2011

Entrampado

Todo comenzó como un juego, nada serio y las cosas claras en el papel, no teníamos necesidad de "Mea Culpa", el tiempo pasó como siempre y el lazo se hizo fuerte, nada de gravedad como consecuencia. Pero, aunque traté de poner freno, el corazón no escucha razones, pensé reaccionar como el hombre que soy, siempre maquillaba y si en algún momento se notó, es por el hecho básico de mi género.

Todos los hombres tenemos un sentido de posesión, somos como los perros, "Meamos" nuestro territorio, somos amos y señores, aunque en la práctica no es así en lo más mínimo. Quizás reaccioné tarde, como siempre, a última hora, la reacción en nosotros no es inmediata, la neurona no conecta con la rapidez deseada, pues, nos vemos amenazados y comenzamos el proceso de retención y el "Veme solo a mi".

Jugué y di licencias de uso, fue peligroso y estas son las consecuencias de tal acto. No soy nadie para exijir, con "Raja" tengo alguién que me aguante todos mis periodos lunáticos y pendejerías varias. Como ser inconsciente caí en mi propia trampa, una imbecilidad para variar. Aquí demuestro que soy hombre, aunque esté un poco más conectado con mi lado más emocional.

"Aunque el Mono vista de ceda, Mono queda" y eso quedó claro, posiblemente eso me lid más de la cuenta, es posible que me cierre y solo quede mudo por un par de días tratando de explicarme y auto convercerme de lo tarado que soy. La culpabilidad es algo intrínseco en el género, se viene genéticamente "webiado", por lo cual, pedir explicaciones o enrostrar los celos infundados que mantengo con alevocía sería un infantilismo.

Negar sentir celos esta de cajón, calza perfecto en realidad, soy el macho que sostiene su órgano en su mano y que jura tener el control de la situación, pero, para claridad de todos, jamás será de ese modo, duro por fuera, blando por dentro y lo digo con toda honestidad. He sido víctima de mi propia trampa, como un idiota he quedado, justificando lo injustificable, pero, en realidad con el tiempo lo que dije era cierto, aunque, después lo negara casi jurando y dejando varias almas en pena por el falso testimonio, pues mi condición de masculinidad debe seguir el criterio o el código machista de jamás decir si.

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