martes, 5 de julio de 2011

Colapso

Estoy al borde la corniza, por horas he tenido una pena muy grande, no he parado de llorar, me duele la cabeza, me siento inútil, solo, sin rumbo; No quiero la compasión por nada y de nadie. No quiero preocupar tampoco, solo, decir si hay un Dios allá arriba, pues necesito de su ayuda urgente... Si esto querías, encomiendo mi alma a ti, no doy más, ya que la noche ha llegado a mi corazón.

Nada de lo que digan cambiará las cosas, nada las arreglará, mi vida por la que tanto luché solo me ha traido más dolor, más angustia, he arrastrado a esta pesadilla a muchas personas, por lo cual pido que se me perdone. En esto estoy solo, deseo desaparecer y no dejar rastro de absolutamente nada. Hoy comprendí que estoy al límite de mi resistencia, que soy un número más, que estoy harto de mi mismo y de lo que me rodea.

Pues he aquí la prueba que todos fallan, que nada es para siempre, que somos seres egoístas, aunque siempre trates de limpiar tu nombre con frases como "Te quiero", yo ya no lo creo, siempre es la misma mierda cínica, solo nos interesamos por nosotros mismos y que el resto se pudra.

Agradezco a quienes han tenido el gesto de alguna vez quererme, pero, esta vez he fallado y necesito el momento para dejar todo atrás, de ir en búsqueda de las respuestas que tanto necesito y que serán clave para ver si alguna vez pueda volver a la normalidad. De nada sirve que se desesperen, de nada sirve llamar, la decisión está tomada y acepto las responsabilidades de lo que esto con lleva.

El colapso ha llegado y se instala fuerte, es una lucha constante que lleva a escribir estas palabras viserales, crudas y absolutamente depresivas. Mi fortaleza, fuente de lucha se agotó, estoy doblegado y lleno de pensamientos negativos, llenos de odio vomitivo que la vida me genera.

Es esto una guerra sin cuartel, a sabiendas que todo esfuerzo y paso que das puede ser el último, pero, el que esté libre de pecado que lance la primera piedra, con 6 años de incansable lucha por la subsistencia me veo parado ante Uds. como el ser más vulnerable y frágil que se ha mostrado sin vergüenza. Es mi testimonio, es lo que puedo dejarles como experiencia para que no cometan los mismo errores que he cometido yo.

Ahora fumaré en el frío de la noche mi último cigarro, esperando que en un tiempo más pueda estar de vuelta, quizás sí, quizás no, pues mi mente y mi alma ya la he dado en prenda a ese ser supremo, magnánimo y omnipotente... Espero elegir bien y no arrepentirme en los agonizantes últimos 5 segundos.

1 comentario:

Johanna Romero M dijo...

Dime la wea que quieras pero me voy a preocupar igual por ti. He tenido paciencia por casi 2 años y puedo esperar 2 mas... Vuelve pronto, te extraño.